El proceso de Mediación se va a llevar a cabo en dos fases diferenciadas: la pre-mediación y la mediación.
El fundamento principal que se sigue desde que se decide acudir a una sesión de Mediación Familiar está basado en el sentido común.
El proceso de Mediación se va a llevar a cabo en dos fases diferenciadas: la pre-mediación y la mediación.
En la pre-mediación consta generalmente de máximo 3 sesiones y consiste en la recopilación de toda la información necesaria por parte del mediador al conflicto. A partir de ese punto, tratará de entender qué ha llevado a las personas involucradas a las sesiones de Mediación Familiar, la situación de cada parte implicada y el entorno que envuelve a ese conflicto en concreto. En esta primera fase además, se explica cuál es la tarea del mediador y que su papel será neutral en todo el proceso con el único objetivo de llegar a un acuerdo entre los involucrados en el proceso.
Una vez terminado el proceso de adquisición de información, llega la fase de mediación propiamente dicha. Este proceso que suele durar entre 3 y 6 sesiones, consiste en estudiar cada tema involucrado y la búsqueda un acuerdo consensuado para todos. En ocasiones, esta segunda etapa no se lleva a cabo debido a que una de las partes no está dispuesto a alcanzar un acuerdo consensuado, pero estas situaciones son las que menos se producen.