Como abogados en León, conocemos de cerca casos como estos y entendemos el procedimiento a seguir. Sin embargo, es un tema desconocido para el ciudadano común, el mismo que puede recibir algún tipo de daño sin saber cómo actuar.
En ese sentido, con este artículo abrimos una ventana para que descubran qué es la indemnización, los tipos que existen, los requisitos para poder reclamarla y más detalles relacionados. Es crucial que lo tengan en cuenta si están atravesando por problemas actualmente y no saben cuál es el primer paso.
- ¿Qué es una indemnización por daños y perjuicios?
- Tipos de indemnización por daños y perjuicios existen
- Requisitos para poder reclamar indemnización por daños y perjuicios
- ¿En qué consiste la relación de causalidad?
¿Qué es una indemnización por daños y perjuicios?
Cuando se habla de indemnización por daños y perjuicios, nos estamos refiriendo a la compensación económica que se le otorga a una persona o entidad por haber sido víctima de algún daño o perjuicio causado por terceros. Dicho daño puede haber sido de manera internacional o por negligencia, pero igual se obliga a repararlo.
Asimismo, debido a que son de carácter reparador, está orientado al ámbito jurídico civil. Y su finalidad es poder compensar al afectado de la mejor manera posible. Aquí es bueno recordar que la ley establece, como principio de responsabilidad civil, que cuando una persona causa daño a otra, de manera directa o a sus bienes, tiene la responsabilidad de repararlo.
Se debe tratar de restaurar la situación previa al daño, o al menos aproximarse lo más cerca posible. Hay casos donde no se podrá restablecer todo lo sucedido, pero se tomarán medidas pertinentes.
Tipos de indemnización por daños y perjuicios existen
Ya entendimos el concepto de indemnización por daños y perjuicios, pero es importante recalcar que no existe una sola y dependerá del tipo de daño y pérdida que ha sufrido la víctima. A continuación, te explicamos cada caso.
Daños y perjuicios contractuales
La indemnización que se otorga por daños y perjuicios contractuales, es aquella que depende de la responsabilidad y que surge a raíz del incumplimiento de un contrato. Si una de las partes no cumple con las obligaciones plasmadas en un acuerdo, entonces puede ocasionar daños a la otra y la misma tendrá derecho de reclamar cualquier pérdida sufrida.
Sin embargo, se debe demostrar si es responsabilidad o culpa. En ese sentido, se comprobará que ocurrió un daño real y por un contrato vigente. Además, toca comprobar si dicho daño se puede atribuir al responsable y que en el suceso exista causalidad relacionada con los daños.
Daños y perjuicios extracontractuales
A diferencia del anterior, los daños y perjuicios extracontractuales son aquellos que se derivan de acciones donde no existe un contrato de por medio entre las partes. Los daños pueden ser muy diversos, afectando bienes de la víctima, al igual que su integridad física o mental.
Algunos ejemplos comunes son los accidentes de tránsito, negligencias médicas o problemas de algún tipo por productos mal fabricados. Aquí se deberá comprobar que existe una culpa de parte de la persona o empresa causante, mientras que se confirmarán los daños producidos, bien sean materiales, personales o morales.
Daños materiales o patrimoniales
Las indemnizaciones por daños materiales o patrimoniales son las que se otorgan cuando se han producido daños al patrimonio. Dichos daños pueden ser directos, como verse afectado porque se dañó una maquinaria importante. Y también existen los indirectos, como lo que puede afectar a la víctima el no poder tener la maquinaria ni trabajar.
Estos daños pueden relacionarse con pérdidas o destrucción de propiedades físicas, como viviendas, vehículos, máquinas u otros objetos de valor. De igual forma, se incluirán las pérdidas económicas que la víctima sufre por haber perdido cualquier bien material.
Daños emergentes
En cuanto a los daños emergentes, son aquellos que sufre una persona por medio de una pérdida directa e inmediata. Aquí se suelen incluir gastos y todos los costos que acarrea el incidente y los cuales el culpable debe compensar para contrarrestar el daño causado.
Un ejemplo común es cuando alguien sufre un accidente de tráfico, allí es posible que surjan daños emergentes y que se deban pagar los gastos médicos, al igual que gastos del vehículo, entre otras cosas. Esta indemnización tiene como finalidad que la víctima pueda volver a su situación económica antes del suceso.
Daños Morales o Psicológicos
De manera simple, la indemnización por daños morales o psicológicos, es la que se otorga a una persona cuando ha sido afectada a nivel emocional, creando algún tipo de trauma o problemas mentales después del incidente. Los mismos pueden ser muchos, como fobias, ansiedad, depresión y angustia en cualquier etapa de su día a día.
Lo que tiene en común este tipo de daños, es que suele afectar la calidad de vida de las víctimas. Un ejemplo común es que ocurra un accidente aéreo por culpa de la aerolínea y los sobrevivientes ya no puedan volar más por el trauma y estrés causado. Sin embargo, este tipo de daños son más complejos de justificar y se debe trabajar con un profesional de salud mental y un abogado.
Requisitos para poder reclamar indemnización por daños y perjuicios
Los requisitos para obtener esta indemnización pueden ser los siguientes:
- Comprobar que existan los daños y perjuicios por los cuales se acusa a una de las partes.
- Que exista una relación de causa y efecto entre el incumplimiento y el daño, por lo que uno puede afectar al otro.
- Que se acrediten los daños o perjuicios reales.
- Que los daños o perjuicios sean ciertos y no haya espacio a duda o solo posibilidad.
- Que pueda ser juzgado por las instancias correspondientes.
¿En qué consiste la relación de causalidad?
Podemos partir del artículo 1902 del Código Civil, donde se menciona el nexo causal como requisito. Pero, ¿En qué consiste esto y qué tiene que ver con las indemnizaciones? Se trata del vínculo que debe existir entre lo que hizo u omitió el culpable y el daño que ha ocurrido a otra persona.
Esto quiere decir que, para que alguien sea acusado de culpable y deba indemnizar a otro, se deberá demostrar que el daño es consecuencia directa de la conducta del supuesto culpable. Esto es indispensable para poder determinar la responsabilidad de los hechos y proceder a la compensación.
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